lunes, 12 de septiembre de 2011

EL LENGUAJE DESCRIPTIVO

Según hemos visto en el capítulo anterior, las frases son conjuntos de palabras a los que con arreglo a ciertas convenciones se atribuye un significado. Las frases, pues, son conjuntos ordenados de signos, cuyo propósito y utilidad práctica consiste en la comunicación de ciertos significados.
También se ha señalado la necesidad de distinguir entre las frases imperativas y de actitud de las que hemos denominado "empíricas". Estas últimas tienden a proporcionar información acerca del mundo, basada en la experiencia del mismo; las primeras, en cambio, sirven para dar órdenes o para expresar los deseos, esperanzas o temores del que habla.

Su verificación permite también introducir un elemento de distinción entre uno y otro grupo de frases. Las empíricas, necesariamente deben admitir un principio de verificación para aceptar su verdad; las imperativas, por el contrario, no pueden ser ni falsas ni verdaderas, en principio no admiten verificación.
Se advierte entre ambas especies de enunciados una distinción eminentemente lingüística. Por tal motivo, Alf Ross señala que "....el primer paso hacia una clarificación debe consistir en dar cuenta de los diferentes niveles del análisis lingüístico, de manera que podamos darnos cuenta de las diferentes posibilidades que tenemos a nuestra disposición..."[1]

Tal tarea es acometida por Ross mediante un programa de análisis lingüístico,[2] que parte de la distinción entre lenguaje y discurso. Por el primero, siguiendo a Ferdinand de Saussure, entiende "la totalidad de las reglas que, en una comunidad lingüística particular, regulan el uso de los sonidos y formas, y el uso de los medios de expresión sintácticos y léxicos".[3] A diferencia de éste, el discurso "es cualquier uso concreto del lenguaje, si ocurre como discurso en sentido estricto, es una secuencia de sonidos llamados fonemas, si sucede como secuencia de caracteres escritos reciben el nombre de grafemas".[4]
De acuerdo con las observaciones del autor que nos ocupa, en rigor de la verdad, más que hacer referencia al lenguaje descriptivo, este apartado debiera llamarse "discurso descriptivo".
Para caracterizar al discurso descriptivo, el autor de "Lógica de las Normas", parte de dos conceptos fundamentales: la frase y la oración.[5]
La frase es una figura lingüística que expresa o describe la idea de un tema. De esta noción se pueden distinguir dos elementos:

- La figura lingüística.

- La expresión de la idea de un tema.

La oración en el discurso descriptivo, es la figura lingüística que expresa una proposición (un indicativo), que a su vez, es la idea de un tema concebido como real. De nuevo se aprecian dos elementos:

- La figura lingüística.

- Una proposición, es decir, la idea de un tema concebido como real.

La frase describe un tema o asunto, mientras que la oración describe un estado de cosas (state of affairs), es decir, un tema pensado como real.

Como ejemplo, Ross propone la siguiente expresión:[6]
                        El cerrar la puerta por Pedro.

Sin lugar a dudas, es distinta a la expresión:
                        Pedro está cerrando la puerta.

Ambas describen el acto de Pedro, consistente en cerrar la puerta. La diferencia entre una y otra figura lingüística radica en la manera como en la segunda se describe el tema, pues en ella éste no sólo es pensado sino pensado como real, en el sentido de existir realmente.[7]
En el segundo caso, se está en presencia de una frase más una expresión que indica que el tema de la frase está pensado como real. A esto, Ross denomina "oración en discurso descriptivo".
Por tanto, gráficamente, la oración quedaría como sigue:
Pedro está cerrando la puerta. Así es.

Ross nos advierte de no caer en la tremenda confusión significativa de                                 ver en el operador "así es", un operador de aserción que indique que la proposición es aceptada como verdadera. Tal operador sólo significa que el tema es pensado como real.

El discurso descriptivo, en consecuencia, alude a temas objetivos, de cuya mayor o menor conexión depende su mayor o menor grado de verdad. La verdad de un enunciado descriptivo depende fundamentalmente del hecho de que lo que afirma se dé efectivamente.
El problema de la verdad, es, desde el comienzo mismo del pensamiento filosófico, un gran reto. Preguntarse por la verdad es hacer filosofía.

Tarski resume este tópico afirmando que el enunciado "la nieve es blanca" es verdadero si, y sólo si la nieve es blanca,[8] con lo cual pone de relieve que la verdad consiste en que el tema que se enuncia lingüísticamente, realmente ocurra
.
Indiscutiblemente la verdad se obtiene a través de la verificación del tema objetivo, contenido en el enunciado descriptivo. Ya hemos apuntado en el capítulo anterior cuáles son las condiciones mínimas para ello. Sin embargo esto parece no ser suficiente. Se requiere introducir un grado aceptable de racionalidad en el discurso, lo cual sólo puede lograrse sometiéndolo a algún sistema de lógica formal.
Con lo anterior queremos decir, concretamente, que el discurso descriptivo, sus componentes lingüísticos, pueden predicar la verdad o la falsedad, parece ser el único al que resultaría aplicable todo el aparato de la lógica. Este estudio pretende demostrar en alguna forma las posibilidades de extensión de la lógica al discurso prescriptivo.
De cualquier manera, vale la pena destacar algunas características de la lógica del discurso descriptivo.
a) Objeto de la Lógica
La lógica, al igual que la matemática, se ocupa de inventar entes formales y de establecer relaciones entre ellos; por esta razón se le considera una ciencia formal. Sus objetos son simples formas en las que se puede verter un número ilimitado de contenidos.
Para Benson Mates,[9] la lógica se encarga de investigar la relación de consecuencia que se da entre las premisas y la conclusión de un argumento correcto. Se dice que un argumento es correcto, o válido, si su conclusión se sigue de, o es una consecuencia de sus premisas; de otro modo es incorrecto. Por un argumento, siguiendo al autor mencionado, se entiende "un sistema de enunciados declarativos (de un lenguaje determinado), uno de los cuales es designado como la conclusión y los otros como las premisas".[10]
La lógica es, pues, una ciencia deductiva. Estudia las relaciones formales entre proposiciones con valor lógico. Sus tesis forman un sistema deductivo, axiomático y formalizado.
A partir de los estudios de Frege y Russell, la lógica se convierte en lógica matemática. Los conceptos fundamentales de la matemática son definidos mediante conceptos puramente lógicos; de igual forma, las proposiciones fundamentales de la matemática son probadas a partir de principios lógicos.
Modernamente se han distinguido dos ramas de la lógica matemática: la lógica de las proposiciones y la lógica de los nombres.


[1] ROSS Alf, Lógica de las Normas, Editorial Tecnos, Madrid, 1971, p. 11.
[2] Ídem., p. 11y 12.
[3] Ídem., p. 12.
[4] Ídem., p. 12.
[5] Op, Cit., p. 12.
[6] Ídem, p. 13.
[7] Ídem, p. 13.
[8] TARSKY Alfred La Concepción Semántica de la Verdad y los Fundamentos de la Semántica. Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 1972, p. 55.
[9] MATES Benson, Lógica Matemática Elemental. Editorial Tecnos, Madrid, 1979, p. 16
[10] Ídem, p. 17

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